lunes, 10 de agosto de 2015

AMOK




Sal corriendo.
Sin lugar.
Sin destino.
Corre.
Atraviesa a la gente que se para en tu camino.
Crúzalos.
No los mires.
No te atrevas a lanzarles tus ojos encima.
No hagas caso de sus vísceras.
Camina.
Son solo 10 años.
Záfate.
Aleja tus manos de sus manos.
No estreches a la amarilla.
Busca una mujer blanca y apártate de ella.
Asegúrate de que no persigue tus recuerdos.
Libérate del nefasto de sus labios.
Del nácar aciago de su piel.
Huye.

Y si lo consigue,
si se atreve a agujerear la superficie del retinal y meterse dentro,
si se desboca hacía tu epicentro,
si se envalentona y te abre la puerta del costado
y entra
nunca,
bajo ningún concepto,
asaltes su ataúd.



Poema inspirado por el relato Amok, de Stefan Zweig.
25 de septiembre de 2014.