Al
cerebro no le interesa la verdad.
La
realidad siempre llega 1 segundo más tarde.
El
cuerpo calloso se revela.
Una
persona sin alegría deja de ser persona,
sin
tristeza deja de ser persona.
Hay
gente que siembra existencia aquí dentro.
La
felicidad es la utopía en la que todos nos refugiamos
reservándonos
el derecho de sentirla,
como
si existiera.
Y
perdemos horas en busca de horizontes predestinados
y
no dormimos tranquilos sin saber
qué
vamos a estar haciendo dentro de 5 años,
a
quién vamos a estar amando dentro de 5 años.
El
amor es la antesala a una sala de espera.
Yo
sigo sin encontrarme
entre
las cortinas.
Es
la mercancía del ser humano
la
moneda de cambio, la moneda de vuelta.
Yo
no voy a venderme.
El
amor me deja la boca seca.
Yo
no voy a pagar.
Se
esperan demasiadas cosas de mi
que
sé
no
voy
a
ser
capaz
de
cumplir
y
da igual cuánto advierta,
cuánto
demuestre,
cuánto
insista
que
me siguen mirando
con
ojos de "haz un esfuerzo, por Dios",
aún
me siguen poniendo precio.
Al
cerebro no le interesa la verdad.
La
realidad siempre llega 1 segundo más tarde.
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