"Las
estrellas echan de menos a los cosmonautas".
Como
me gusta esa palabra: cosmonauta.
El
cosmos ante nuestros ojos de astronauta, parpadeando.
El
cosmos es ese hoyuelo nervioso que se te aparece sin querer.
Tu
ceño fruncido, y tus puños apretados, y la mandíbula a presión;
son
el cosmos.
En
el cosmos no hay muerte.
Está
tu sonrisa a medio hacer
y
los receptores más externos
de
tus yemas de talco.
Yo
me bebería el cosmos.
Sin
embargo bebo cualquier otra cosa.
Bebo
para no quebrarme más
entre
la risa atropellada
de
nuestro ingenio.
Bebo
para no tener que mirar otra vez
a
tus ojos de nebulosa.
Porque
sé que dejamos de ser extraños
cuando
nuestras gloriosas pupilas se encuentran
en
el azul celeste de los bares.
Bebo
para tragarme las lágrimas
del
ángulo abierto de la boca
que
perfilas de reojo.
Bebo
y vomito en el folio
todo
lo que no soy capaz de dispararte.
He
visto tus dibujos y sé que aún hay cadenas,
cadenas
que yo estaría dispuesta a romper
con
los latidos de este corazón.
En
lugar de eso, agacho la cabeza
precipitando
todos los cohetes
que
un día estuvieron a punto de salir
y
sigo esperando a poetas que se vendan
a
cambio de baza para un poema,
para
romperles -sin esfuerzo-,
con
estos mismos latidos,
el
corazón.
Eres una poeta como la copa de un pino ;-)
ResponderEliminar"Yo me bebería el cosmos.
Sin embargo bebo cualquier otra cosa"
Bebo para no quebrarme más
entre la risa atropellada
de nuestro ingenio"
Esos versos son para enmarcar.
Cuídate.