domingo, 28 de julio de 2013

Porque somos jóvenes.





A pesar de una hipoteca asfixiante,
de todos esos fetichismos por cumplir,
del nihilismo que supone verte sonreír,
no somos más que
un entramado
de inconformismo,
belleza,
indecisión,
sociedad,
literatura,
desconocimiento,
poses,
neuronas
y sonrisas.

Seremos mortales
para siempre.
Y cuando lleguemos a viejos
volveremos a sentir
lo que nunca hemos dejado
de ser.

domingo, 21 de julio de 2013

Camisa de corazones.








No la besé
porque llevaba una camisa
de flores secas.
Supuse que cada flor
era un corazón
y que haría lo mismo con el mío.
¡Qué vulgar mediocridad!
Yo me merecía algo mucho mejor
que la muerte.

Fue la primera vez
que la miré a la cara
y sus manos
no eran diferentes.
Y no me dolió.

Y creo que me enamoré
de su manera de moverse
o de ese misterio que la envuelve
y que nadie ansia
resolver.

No entiendo cómo le tienen tanto miedo
si sus ojos también tiemblan
y luchan,
desesperadamente,
por esconderse.

No vuelvas a por mí,
¡confía en ti! - me decía.

Y me rozó los labios.
Se me encogió el pecho
tan sólo un instante
como cuando oyes el timbre
y no esperas a nadie.
¡Pero no es miedo!

Shostakovich me descubrió
el secreto de la inmortalidad.
Pon el coche a 180
y el volumen a 60
y tendrás lo que quieras. - me decía.

Y todavía las inconscientes azafatas
te siguen explicando
cómo introducirte
el chaleco salvavidas.
Como sí alguien fuera acordarse
de salvarse
teniéndola a ella delante.

Y sospecho que a pesar
de la vida
siempre la querré
pero que si por mi fuera
le regalaría el corazón
a tu camisa de flores
frescas.

martes, 16 de julio de 2013

19 reproducciones para recordar que si sonríes ya no es por mí.



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No hay nada nuevo.
Tu mirada sigue acuchillándome
tras la pantalla
y yo sigo igual
de lejos.