Te juro que a nadie
le he vuelto a decir
que tenemos el récord
del mundo
en no sé qué cuento chino.
Todavía me asusto
si creo que vas a volver
pero puedes.
Así que vete si quieres
porque ésta será la última
vez
que te escriba.
Yo
que hubiera provocado
incendios
que lo llenaran todo de frío
para así nunca dejar de
temblar
por ti.
Yo
que me hubiera lanzado
al descubrir que el pulso
se toma mucho más claro
desde el precipicio de tu
clavícula.
Yo
que estoy cansada de chocarme
con otras bocas,
de emborracharme y acordarme
que no serás tú quién me
salve.
Me despido a quemarropa.
Se acabó lo de sacarte las
palabras
y meterme en tus heridas.
Se acabaron mis manías,
y tus idas y venidas.
Vida mía;
"El amor es sólo un
efecto secundario del deseo."
y yo todavía no sé
quién me vino primero.
y yo todavía no sé
quién me vino primero.
Eres maravillosa Maria Helena, esto que está saliendo de ti es como una lluvia de diamantes, me alegro de conocerte y de poder presenciarlo :)
ResponderEliminarMe has tocado el alma con estos versos, yo que no soy muy devota de la poesía. Lo tuyo es especial, como un regalo íntimo que se comparte con los demás, sin miedo a que te vean desnuda. Eres genial :)
¿Cómo se supone que puedo contestar a esto? Un millón de gracias, Haydée, de verdad, gracias.
EliminarNo dejes de escribir, me encanta tu blog! encantada de seguirte ;)
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Sandra. Es un placer, de verdad que lo es. ¡Nos leemos!
EliminarY pensar que la tía que escribe esto es mi amiga... Un abrazo :)
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