viernes, 15 de marzo de 2013

Rota por ti.






Si pienso en ti
no me sale la poesía.
Muchas musas,
todas ellas,
pero nunca como tú.

No logro hablar de las noches
que no hemos pasado,
ni de los días.

No puedo oler
el sabor del aroma
que adivino de limón.

No entiendo esos pasos que
bailas por los bares,
donde bandas sin nombre curan
todos los besos que no das.
Besos que emanan de labios prohibidos,
pecados por los que no hay que pedir perdón.
Labios que adivinan la poesía de mi boca,
advierten encantadoras sonrisas,
y fundan su propia religión.

Yo nunca he perdido la fe,
nunca antes he tenido una que perder.

Tienes manos con licencia,
manipuladoras
de sentidos equilibristas
por tus dedos.
Corazones de cálidas yemas,
tan cobardes
como para sujetar el mundo.

Cielos rotos por caricias
que no calientan más,
y guardan con sospecha
los pocos soles de otoño
que aún resisten.

Ojos claros, pero tan negros
que no paran de derramar
mares,
para buscadores de tesoros,
para sirenas sin cola,
para juntarnos,
y separarnos.

Y ahora,
voy náufraga sin balsa
perdida por tu cuerpo,
buscando miradas forzadas,
besos borrachos
y palabras repletas.
Para que al final sea
el mismo Doctor de siempre
quién me rescate.



No hay comentarios:

Publicar un comentario