Eres el patógeno que enferma mi vida,
la bacteria que se nutre.
El protozoo que aparece sin más.
Eres el algo y yo soy el hongo:
tú me alimentas, yo te protejo
y al fundir nuestro amor
resultamos ser líquenes.
Nada que ver con el resto de reinos
el nuestro es uno propio.
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